martes, 1 de mayo de 2012

Oscar Pistorius, el hombre más rápido del mundo que corre sin piernas



Oscar Pistorius nació en Sudáfrica un 22 de noviembre de 1986. A los once meses de vida, debieron amputarle ambas piernas debido a una malformación degenerativa de dichas extremidades. Estas habían salido del útero materno sin peronés ni tobillos. La decisión fue muy difícil para sus padres, Henke y Sheila, ya que de no hacerlo, la malformación en sus huesos iría degenerando y le crearía serios problemas en la adolescencia. Ante este problema, optaron por amputarle las piernas ya que así el niño lograba adaptarse a las prótesis desde pequeño y no tendría ningún tipo de problemas más adelante. Frente a esto, Pistorius afirma: "Siempre he pensado que la decisión de mis padres fue la adecuada". 
En un principio todo marchaba bien. En seis meses, Oscar ya podía correr libremente con sus prótesis. El problema surgió a la hora de comenzar el colegio, ya que sus compañeros se le burlaban constantemente. Oscar, desde pequeño, aprendió a ignorar las burlas. En algunas entrevistas realizadas sostiene: "Yo no soy un inválido, simplemente no tengo piernas. Además, todo el mundo tiene alguna discapacidad… las peores son las del espíritu”. La verdadera pasión que lo acompaña a Oscar, desde que era joven, son los deportes. Todos pensarían que ante esta dificultad con la que cuenta, le resultaría imposible practicar deporte alguno. Pero no es así, ya que practicó varios de ellos. Primero rugby y waterpolo, luego natación y por último (sin dudas con el que más éxitos logró) atletismo. A través del atletismo, Oscar logró trascender a nivel mundial ya que se lo conoce como “the fastest thing on no legs” (la cosa más rápida sobre ninguna pierna). A esta denominación se la puede justificar desde los hechos, ya que por ejemplo registra 46,34 segundos en 400 metros, o la máxima velocidad en los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004, con un oro en los 200 metros y un bronce en la carrera de 100 metros. Esto es totalmente sorprendente si se tiene en cuenta que fue marcado por un atleta paralímpico.
“He tenido la suerte de participar en los Juegos Paralímpicos, pero si pudiera ir a los Olímpicos sería una bendición. Soy un deportista, me da igual contra quien corro porque mi preparación y mi concentración es la misma”, afirmó durante su conferencia en la ‘I Semana del Deporte Inclusivo’, que tuvo lugar en el estadio Santiago Bernabéu.
El campeón paralímpico de 100, 200 y 400 metros es consciente de que competir en los Juegos será “difícil”, pero confía en ser “lo más fuerte que pueda”. “Ir a Londres sería una gran oportunidad y un hito en mi carrera. Quiero dar lo mejor y clasificarme para los Juegos, pero siempre estaré encantado de haber participado en los Paralímpicos”, apuntó. Por otra parte, volvió a defender su postura frente a la IAAF, ya que está convencido de que sus ‘cheetah’ no le dan ventaja. “No creo que mis prótesis me den ninguna ventaja, si así fuera, no competiría”, apuntó.
Pistorius explicó que en 2007 tuvo que someterse a unos exámenes en la Universidad de Colonia cuando la IAAF decidió cambiar su normativa para impedirle participar en competiciones de alto nivel. Esas pruebas dictaminaron que el africano usa “un 36 por ciento menos de oxígeno que una persona sin prótesis”. Pero se quedó “atónito” y decidió acudir a otros expertos.
“Los científicos de la Universidad de Houston demostraron que no tengo ventaja y con sus pruebas fui ante el TAS. Tras tres días de deliberaciones, me dieron la razón. Sólo tuve mes y medio para intentar conseguir la mínima para Pekín, y no pude lograrla. De todos modos, me abrieron las puertas. Ahora tengo que trabajar, pero creo que voy a lograr la mínima”, explicó.
 Además, explicó que los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004 cambiaron su vida. “Tenía 17 años y estaba muy nervioso, pero aprendí mucho de las semifinales de los 200 metros. Hubo dos salidas nulas, y la tercera también me lo pareció, así que no salí de los tacos. Pero mis rivales, sí. Entonces, me dije ‘no importa haber empezado mal, o sigo adelante, o me rindo, así que allá voy’. Estas lecciones te vienen bien en la vida. Cuando gané el oro en los 200 en Atenas, era tan inocente que me fui a abrazar con mis rivales”, confesó.
Relata una anécdota que le sirvió para reconciliarse con sus prótesis con tan sólo cuatro años. “Mi hermano mayor tenía un ‘kart’ muy rudimentario, sin frenos, que me encantaba, pero no me dejaba ni tocarlo. Un día me invitó a tirarme con él por la colina cercana a mi casa. Era fantástico y divertido, pero cuando llegó el momento de girar, mi hermano no lo hizo. Empecé a preocuparme, porque llegábamos a un cruce, y entonces, mi hermano cogió mi pierna, con un zapato de Mickey Mouse, y la usó como freno. Me salvó la vida y vi que no estaba tan mal llevar prótesis”, finalizó.
La madre de Oscar murió inesperadamente hace unos años. No pudo disfrutar del éxito de su hijo, sin embargo, cuando él tenía 1 año le escribió una carta, para cuando fuese mayor, que decía:
“Un perdedor no es quien llega el último sino aquél que se sienta y mira y nunca intenta correr”

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